Rafael "Ralph" Molina

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Rafael Molina, affectionately known as Rafailito to his family and Ralph to the world, was born in Vícam, Sonora, Mexico on August 31st, 1969 and left to be with his ancestors on February 22nd, 2025 in San Jose, CA. He leaves behind a void that is impossible to fill.

Ralph had a kind heart and free spirit. He was a man full of affection and charisma. He will forever be remembered for his warm smile and infectious laughter. Everyone who had the pleasure of meeting him has a story about him. He knew how to live life to its fullest and did so on his terms. He helped so many people throughout his life, whether it was letting them sleep on the floor of his shop because they were homeless, or helping his sisters buy homes, helping a friend fix their car, or feeding his friends and neighbors. He was a man of great generosity, even in times when he had very little.

He also leaves behind countless contributions to his community. His life's labor can be found all over the Bay Area in the things he built and the lives he saved. Ralph began working as a child shortly after he migrated to San Jose to help provide for his mom and siblings, sometimes working the graveyard shift cleaning restaurants in downtown San Jose. He developed a strong work ethic very young and developed a unique talent to fix anything. He was a teen parent and had no problem working multiple jobs to provide for his young family. Over the years, he mastered numerous trades-remodeling homes, installing surveillance systems for businesses, setting up security for small shops, repairing engines, and crafting elaborate car audio systems. His work could be seen throughout the Bay Area in the homes he improved and the businesses he secured. He also selflessly served and protected his community as a Reserve Officer with the San Jose Police Department. He was intelligent, highly skilled, incredibly hard working and fearless.

Ralph was truly the smartest, strongest, most resourceful, and talented person many of us ever knew. He was capable of overcoming nearly every obstacle he faced. He is now with God whom he never lost faith in, even in his hardest times. Regardless of the circumstances of his passing, no one can take away his accomplishments, his good deeds, and the joy he brought to anyone in his presence. We ask that you remember him for his remarkable moments as there were many.

Ralph had a large, loving family. He is survived by his proud children, Rosemarie Molina and Alex Molina, his grandchildren, Nayeli Carlin Molina, Moses Carlin Molina, Phoenix Molina and Arthur Molina, his loving sisters, Elizabeth Molina, Marcia Molina, Manuela Molina, Maribel Castro and Oralia Madero and his caring brother Jose Zarate. He also leaves behind his cousin Rolando Arredondo, and over 30 nieces and nephews who have warm memories of their beloved Tío. He is joining his mother, Martha Varela, father Rafael Molina, eldest sister, Alma Ramos, and nephew, Jorge Barra, in eternal paradise. He is finally at peace and elated to be welcomed into the Kingdom of God.

As we grapple with his loss, we are raising funds for his funeral to provide him with the dignity he deserves. We want to celebrate him in death as he celebrated us in life. Should you find it in your heart to contribute you can do so at bit.ly/ralphsfuneral.

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Rafael Molina, cariñosamente conocido como Rafaelito por su familia y Ralph para el mundo, nació en Vícam, Sonora, México el 31 de agosto de 1969 y partió para reunirse con sus ancestros el 22 de febrero de 2025 en San José, CA. Deja un vacío imposible de llenar.

Ralph tenía un corazón bondadoso y un espíritu libre. Era un hombre lleno de cariño y carisma. Siempre será recordado por su cálida sonrisa y su risa contagiosa. Todos los que tuvieron el placer de conocerlo tienen una historia sobre él. Sabía cómo vivir la vida al máximo y lo hacía a su manera. Ayudó a tantas personas a lo largo de su vida, ya fuera dejándolos dormir en el piso de su tienda porque no tenían hogar, ayudando a sus hermanas a comprar casas, ayudando a un amigo a arreglar su auto, o alimentando a sus amigos y vecinos. Era un hombre de gran generosidad, incluso cuando tenía muy poco.

También deja innumerables contribuciones a su comunidad. El trabajo de su vida se puede encontrar por toda el Área de la Bahía en las cosas que construyó y las vidas que salvó. Ralph comenzó a trabajar siendo niño, poco después de migrar a San José para ayudar a mantener a su mamá y hermanos, a veces trabajando el turno nocturno limpiando restaurantes en el centro de San José. Desarrolló una fuerte ética de trabajo desde joven y desarrolló un talento único para arreglar cualquier cosa. Fue padre adolescente y no tuvo problema en trabajar varios empleos para proveer a su joven familia. Con el tiempo, dominó numerosos oficios: remodelando casas, instalando sistemas de vigilancia para negocios, configurando seguridad para pequeñas tiendas, reparando motores y creando elaborados sistemas de audio para autos. Su trabajo se podía ver por toda el Área de la Bahía en las casas que mejoró y los negocios que aseguró. También sirvió y protegió desinteresadamente a su comunidad como oficial de reserva en el Departamento de Policía de San José. Era inteligente, altamente hábil, increíblemente trabajador y valiente.

Ralph fue verdaderamente la persona más inteligente, fuerte, ingeniosa y talentosa que muchos de nosotros conocimos. Era capaz de superar casi cualquier obstáculo que se le presentara. Ahora está con Dios, en quien nunca perdió la fe, incluso en sus momentos más difíciles. Independientemente de las circunstancias de su partida, nadie podrá quitarle sus logros, sus buenas acciones y la alegría que trajo a quienes estuvieron cerca de él. Les pedimos que lo recuerden por sus momentos notables, ya que fueron muchos.

Ralph tenía una familia grande y amorosa. Le sobreviven sus orgullosos hijos, Rosemarie Molina y Alex Molina, sus nietos, Nayeli Carlin Molina, Moses Carlin Molina, Phoenix Molina y Arthur Molina, sus queridas hermanas, Elizabeth Molina, Marcia Molina, Manuela Molina, Maribel Castro y Oralia Madero, y su cariñoso hermano José Zárate. También deja atrás a su primo Rolando Arredondo, y más de 30 sobrinos y sobrinas que tienen cálidos recuerdos de su querido Tío. Se reúne con su madre, Martha Varela, su padre, Rafael Molina, su hermana mayor, Alma Ramos, y su sobrino, Jorge Barra, en el paraíso eterno. Finalmente está en paz y lleno de gozo al ser recibido en el Reino de Dios.

Mientras enfrentamos su partida, estamos recaudando fondos para su funeral y poder darle la dignidad que se merece. Queremos celebrarlo en su muerte, tal como él nos celebró en vida. Si encuentras en tu corazón contribuir, puedes hacerlo en bit.ly/ralphsfuneral.