Juana Garcia Mendoza

Juana García Mendoza fue una mujer cuya fortaleza, calidez y profunda devoción a su familia y a Dios marcaron su vida. Partió al cielo el 27 de mayo de 2025, rodeada de amor en su hogar, donde vivía con sus hijos. Le sobreviven sus hijos: Rigoberto, Hortencia, Rosario, Alicia, Verónica, Leticia, Gustavo, Mónica, Rosaura, Alfredo, Armando y Octavio. Le precedieron en la muerte su esposo Francisco Juárez, su hijo mayor (también llamado Francisco) y su hija fallecida en la infancia. Incontables nietos y bisnietos lloran hoy la partida de su querida abuelita Juana. Desde muy joven se casó con el amor de su vida, y juntos formaron una gran familia de 14 hijos en Los Reyes La Paz, Estado de México. A pesar de llevar una vida humilde, Juana fue una mujer resiliente que siempre se aseguró de que sus hijos tuvieran lo necesario para crecer con valores y una fe firme. Su hogar siempre estuvo lleno de amor, risas y el delicioso aroma de sus comidas caseras. Le encantaba cocinar, hacer búlgaros, cuidar sus plantas del patio de la entrada y caminar al tianguis o al mercado-hábitos que fortalecieron su cuerpo y alma a lo largo de los años. Tras la muerte de su esposo, Juana se mudó a Texas para estar cerca de sus hijos en Dallas. Pasó sus últimos años visitando a cada uno en sus hogares, siendo testigo de las familias que formaron, y disfrutando ser abuela de muchos nietos. Fue una mujer muy graciosa, llena de sabiduría, y siempre compartía dichos y ocurrencias que hacían reír a todos, incluso mientras estaba en cuidados paliativos. Juana nunca se quejó. Fue una mujer fuerte, piadosa y digna, que hasta el final guardó luto por su esposo y su vida en México. Su existencia estuvo guiada por la fe inquebrantable y el amor incondicional a su familia. Su legado es claro: poner siempre a Dios y a la familia en primer lugar.
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Juana García Mendoza was a woman whose strength, warmth, and deep devotion to her family and faith defined her life. She entered eternal rest on May 27, 2025, surrounded by love at her home, where she lived with her children. She is survived by her beloved children: Rigoberto, Hortencia, Rosario, Alicia, Veronica, Leticia, Gustavo, Monica, Rosaura, Alfredo, Armando, and Octavio. She was preceded in death by her husband Francisco Juarez, her eldest son (also named Francisco), and her infant daughter. Countless grandchildren and great-grandchildren now mourn the loss of their beloved abuelita, Juana. Married at a young age to the love of her life, Juana raised 14 children in Los Reyes La Paz, Estado de México. Despite a humble life, she was resilient and poured her heart into raising her family with strong values and deep faith. Her home was always filled with love, laughter, and the delicious aroma of home-cooked meals. She enjoyed making kefir from scratch, tending to her garden at the entrance patio, and walking to the tianguis and mercado-habits that helped her remain strong well into old age. After her husband passed away, Juana moved to Texas to be with her children in Dallas. She spent her final years visiting each of her children's homes, witnessing the beautiful families they built and playing the joyful role of grandmother to many. She had a witty sense of humor and was full of life and wisdom-sharing funny sayings, stories, and laughter even in her final days. Juana never complained. She was strong, godly, and dignified, always honoring the memory of her husband and the life they shared in Mexico. She lived each day with purpose, guided by unwavering faith and unconditional love for her family. Her legacy is one of devotion-putting God and family first, always.