Ernesto Fernandez

Ernesto Fernandez Oseguera passed away peacefully on June 6, 2024, in Santa Rosa, California, at the age of 74. Born on April 6, 1950, in Santa Ines, Michoacan, Ernesto was a loving husband to Martha Fernandez , father to Gerardo Fernández , Jose Ernesto Fernández, Guadalupe Fernández, and Rafael Fernández, grandfather to Angelica Fernandez, Isabella Fernandez, Jazmin Ortiz Fernandez, and Gerardo Fernandez Jr . He was a cherished member of his community.

Ernesto was a man of character, honesty, and passion. He had a deep love for gardening flowers, fruits, and vegetables, and he spent countless hours tending to his garden. His affinity for nature extended to raising canaries, doves, and bees over the years. His dedication to these hobbies brought him immense joy and fulfillment.

In 1968, Ernesto migrated to the United States in pursuit of the American dream, where he worked hard to provide for his family. His tough upbringing instilled in him a strong work ethic and resilience that guided him throughout his life.

Ernesto will be remembered for his kind heart, his love for his family and his unwavering spirit. He will be deeply missed by all who knew him May he rest in peace, surrounded by the beauty of the flowers, fruits, and birds he so adored.

Ernesto Fernández Oseguera falleció pacíficamente el 6 de junio de 2024, en Santa Rosa, California, a la edad de 74 años. Nacido el 6 de abril de 1950, en Santa Inés, Michoacán, Ernesto fue un esposo amoroso de Martha Fernández, padre de Gerardo Fernández, José Ernesto Fernández, Guadalupe Fernández y Rafael Fernández, abuelo de Angélica Fernández, Isabella Fernández, Jazmin Ortiz Fernández y Gerardo Fernández Jr. Era un miembro preciado de su comunidad.

Ernesto era un hombre de carácter, honestidad y pasión. Tenía un profundo amor por la jardinería de flores, frutas y verduras, y pasó incontables horas cuidando su jardín. Su afinidad por la naturaleza se extendió a la cría de canarios, palomas y abejas a lo largo de los años. Su dedicación a estos pasatiempos le trajo una inmensa alegría y satisfacción.

En 1968, Ernesto emigró a los Estados Unidos en la búsqueda del sueño americano, donde trabajó duro para mantener a su familia. Su dura crianza le inculcó una fuerte ética de trabajo y resistencia que lo guió a lo largo de su vida.

Ernesto será recordado por su corazón bondadoso, su amor por su familia y su espíritu inquebrantable. Que descanse en paz, rodeado de la belleza de las flores, frutos y pájaros que tanto adoraba.