J. Guadalupe Hernandez

Con gran pesar, anunciamos el fallecimiento de J. Guadalupe Romero, quien partió de este mundo el 21 de septiembre de 2025 a la edad de 63 años. Amado esposo, padre, abuelo, hermano y amigo, Guadalupe vivió una vida plena, marcada por la dedicación, el amor y una fortaleza serena.

Nacido el 4 de enero de 1962, Guadalupe forjó un legado centrado en la familia, el trabajo duro y la bondad. Le sobreviven su devota esposa, Juana María, y sus hijos: José Guadalupe Romero, Juan Carlos Romero, Mauricio Romero, José Eric Romero, Giovanni Romero, Iván Romero y Maide Romero. Su amor por su familia era inigualable y se enorgullecía de las muchas vidas que ayudó a forjar. Guadalupe también deja atrás a sus queridos hermanos: Antonio Matehuala, Jesús Matehuala, Luis Matehuala, Miguel Matehuala y María Carmen Matehuala. Fue el orgulloso abuelo de Ana Romero, Bryan Salazar, Christian Salazar, Daisy Romero, Ángel Romero, Alan Romero, Lili Salazar, Alexa Romero, Jaiden Romero, Delilah Romero, Carlitos Romero, Arlette Romero, Rafael Romero, Liam Romero, Jonathan Romero, Gabriel Romero, Fernanda Romero, Denise Romero, Jovana Romero, Camilla Romero y Jovani Romero, así como de numerosos sobrinos y sobrinas. Su familia era numerosa y llena de amor. También le sobrevive su querida peluda Princesa, quien le brindó mucha alegría y compañía.

Guadalupe era conocido por predicar con el ejemplo. Era muy trabajador, siempre activo y profundamente comprometido con sus responsabilidades. Ya fuera cuidando su jardín o arreglando algo en la casa, era más feliz cuando se movía con un propósito. Amaba profundamente la naturaleza y se enorgullecía de cuidar sus plantas. Disfrutaba de los placeres sencillos de la vida: ver fútbol, escuchar la icónica voz de Vicente Fernández y Aniceto Molina, disfrutar de Coca-Cola, chiles rellenos, chocolates y pasteles. Sus risas e historias solían compartirse durante las comidas, y su presencia traía calidez dondequiera que iba. El legado de Guadalupe perdura en las muchas vidas que tocó y en el ejemplo que dio. Lo extrañaremos profundamente, pero siempre lo recordaremos en los corazones de todos quienes lo conocieron y amaron. Tu luz seguirá brillando a través de tu familia y del amor que brindaste con tanta generosidad.