Jose Ovidio Umana

Jose Ovidio Umana, 84, a cherished and respected member of the community, passed away on January 26, 2024.

Ovidio, born on March 1, 1939, in Honduras and raised in El Salvador, was the son of Jose Francisco Umana and Maria De Los Santos Villeda. He was the third oldest among six siblings: Tulio, Elvia, Julia, Susy, and Rosa. Driven by his studious nature, he embarked on an academic journey with the aspirations of becoming a math professor. Ultimately, in 1966, he made the life altering decision to immigrate to the United States. It was during a return trip to Cojutepeque, El Salvador in 1967 that he met his future wife, Reina, and they were married in 1969. His beloved children, Francis born in 1971 and Jorge born in 1974, brought immense joy to his life.

Starting from humble beginnings, Ovidio worked hard as a busboy in Rockville, MD, and at the U.S. State Department while attending barber school. His diligence and warm personality helped him cultivate a loyal clientele, and he became a pillar in the communities of Langley Park and Hyattsville, MD. For more than 58 years, Jose embraced his career as a skilled barber, honing his craft and establishing himself as a true master of his trade. On January 1st, 2024, he bid farewell to his beloved profession, leaving behind a legacy of excellence. Throughout his journey, he cultivated a vast clientele, spanning across continents, and forged lasting connections that will endure the test of time.

A man of unwavering faith and peace, Ovidio was renowned for his love of music, skill as a dancer, and was an eternal pacifist. Notably, he extended his generosity to everyone he met and was always ready to lend a helping hand or a listening ear. His legacy lives on through the love and laughter he shared, his unwavering passion for sports like Washington Redskins football, boxing, and soccer, and his remarkable talent for finding joy in life's simplest pleasures. He had a special fondness for crab legs, shrimp, and, of course, pupusas and tamales.

He is survived by his beloved wife, Reina; devoted children Francis (Claudia) and Jorge (Silvia); cherished grandchildren Tatiana, Franky, Nikolas, Jorgie, and Sofia; dear great-grandchildren Kai and Lucia; as well as treasured Mirella, Uriel, Boris, Gerson, and Belkis. His loving siblings, nieces, nephews, friends, and the countless clients he served throughout the years, all witnessed the profound impact of his peaceful and loving nature. 

Jose Ovidio Umana lived a full life—one filled with love, dancing, and giving. He will be deeply missed by all who knew him. In his own words, when facing challenges, one must simply "forget-e-about" and move forward with kindness and compassion.

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José Ovidio Umana, de 84 años, un miembro querido y respetado de la comunidad, falleció el 26 de Enero de 2024.

Ovidio, nació el 1 de Marzo de 1939, en Honduras y criado en El Salvador, era hijo de José Francisco Umana y María De Los Santos Villeda.  Era el tercer hermano entre seis: Tulio, Elvia, Julia, Susy y Rosa. Impulsado por su naturaleza estudiosa, emprendió un viaje académico con la aspiración de convertirse en profesor de matemáticas. Finalmente, en 1966, tomó la decisión que cambiaría su vida de inmigrar a los Estados Unidos. Fue durante un viaje de regreso a Cojutepeque, El Salvador, en 1967, que conoció a su futura esposa, Reina, con quien se casó en 1969. Sus queridos hijos, Francis, nacido en 1971, y Jorge, nacido en 1974, trajeron inmensa alegría a su vida.

Partiendo de humildes comienzos, Ovidio trabajó arduamente como camarero en Rockville, MD, y en el Departamento de Estado de los Estados Unidos mientras asistía a la escuela de barberos. Su diligencia y cálida personalidad le ayudaron a cultivar una clientela leal, convirtiéndose en un pilar de la comunidad. Durante más de 58 años, José abrazó su carrera como habilidoso barbero, perfeccionando su arte y estableciéndose como un verdadero maestro de su oficio. El 1 de Enero de 2024, se despidió de su amada profesión, dejando atrás un legado de excelencia. A lo largo de su trayectoria, cultivó una vasta clientela que se extendía por continentes y forjó conexiones duraderas que resistirán la prueba del tiempo.

Hombre de fe inquebrantable y paz, Ovidio fue conocido por su amor a la música, su habilidad como bailarín y su eterno pacifismo. Destacó por su generosidad con todos los que conoció y siempre estaba listo para tender una mano amiga o un oído atento. Su legado perdura a través del amor y la risa que compartió, su pasión inquebrantable por deportes como el fútbol de los Washington Redskins, el boxeo y el fútbol, y su notable talento para encontrar alegría en las cosas más simples de la vida. Tenía una especial predilección por las patas de cangrejo, camarones y, por supuesto, pupusas y tamales.

Le sobreviven su amada esposa, Reina; sus devotos hijos Francis (Claudia) y Jorge (Silvia); sus queridos nietos Tatiana, Franky, Nikolas, Jorgie y Sofía; sus queridos bisnietos Kai y Lucía; así como los apreciados Mirella, Uriel, Boris, Gerson y Belkis. Sus queridos hermanos, sobrinos, sobrinas, amigos y los innumerables clientes a quienes sirvió a lo largo de los años, todos fueron testigos del profundo impacto de su naturaleza pacífica y amorosa.

José Ovidio Umaña vivió una vida plena, llena de amor, baile y generosidad. Será profundamente extrañado por todos los que lo conocieron. En sus propias palabras, al enfrentar desafíos, simplemente se debe "forget-e-about" y seguir adelante con amabilidad y compasión.