Blanca Estela Meneses

Blanca Estela Meneses, a cherished wife, mother, grandmother, sister, and friend, passed away peacefully on November 16, 2025, in Orange, California. Born on February 9, 1950, in Mexicali, Baja California, Mexico, she brought joy and love into the lives of those around her for 75 beautiful years.
Blanca grew up in the warm embrace of Mexicali, where she attended local schools and formed lifelong bonds with her family and friends. It was at the celebration of her 15th birthday that she met her soulmate, Manuel Gilberto Meneses. The attraction between them was immediate and undeniable. After eight years of courtship filled with love and laughter, they married and embarked on a new life together in Santa Ana, California. Their union was a testament to enduring love, having been married for 52 years.
The couple was blessed with three daughters, Blanca Mateos, Lorena Le and her husband Quoc, and Karina Correal and her husband Jimmy. Blanca's pride and joy extended to her nine grandchildren: Myah Le, Gabriel Mateos, Jayden Le, Carolina Correal, Vanessa Mateos, Jacob Le, Victoria Correal, Maddox Le, and Adrian Correal. She is also survived by her loving brothers, Sergio and Rodolfo Rodriguez, and sisters Catalina Hernandez, Aurora Perez, and Yolanda Gonzalez. She is reunited in eternal rest with her brothers, Jose, Porfirio, and Enrique Rodriguez, and sisters, Linda Gonzalez, Marie Ayala, and Amelia Benitez.
Blanca's passion for learning and her commitment to her family's future led her to take college courses in the United States. She worked diligently alongside her children, mastering the English language and proudly became a U.S. citizen in 1996. Blanca was the heart of her home, a dedicated homemaker who also excelled in her professional life. She spent over 25 years in administration, where her meticulous nature and ability with numbers were greatly valued.
Her love for her family was unmatched, and she embraced her role as "Nana" with every fiber of her being. An amazing cook, Blanca's culinary skills were so renowned that her husband often encouraged her to open her own Mexican restaurant. Her home was a beacon of warmth and generosity, where she took great pleasure in caring for others and ensuring that no one ever left hungry.
Blanca's interests were as varied as they were rich. She had a sharp mind that loved the challenge of sudoku puzzles, and she enjoyed shopping, antiquing, and traveling to Mexico with her loved ones. Her greatest passion, however, was spending time with her family. She was a woman of deep Catholic faith, whose empathy and pure love lit up every room she entered.
Words that best describe Blanca are loving, generous, and gentle. She had a big heart and a gentle soul that made every occasion complete with her presence. Her legacy of kindness, strength, and unwavering love will continue to live on through the many lives she touched.
Blanca Estela Meneses' life was a beautiful tapestry woven with devotion to her family, her faith, and her community. As we bid farewell to this remarkable woman, we celebrate the indelible mark she has left in our hearts. Her spirit will forever be cherished and remembered by all who were fortunate enough to know her.
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Blanca Estela Meneses, amada esposa, madre, abuela, hermana y amiga, falleció en paz el 16 de noviembre de 2025 en Orange, California. Nacida el 9 de febrero de 1950 en Mexicali, Baja California, México, llenó de alegría y amor la vida de quienes la rodeaban durante 75 hermosos años.
Blanca creció en el cálido ambiente de Mexicali, donde asistió a las escuelas locales y forjó lazos para toda la vida con su familia y amigos. Fue en la celebración de sus quince años cuando conoció a su alma gemela, Manuel Gilberto Meneses. La atracción entre ellos fue inmediata e innegable. Tras ocho años de noviazgo llenos de amor y alegría, se casaron y comenzaron una nueva vida juntos en Santa Ana, California. Su unión fue un testimonio de amor perdurable, pues estuvieron casados durante 52 años.
La pareja tuvo la dicha de tener tres hijas: Blanca Mateos, Lorena Le y su esposo Quoc, y Karina Correal y su esposo Jimmy. El orgullo y la alegría de Blanca se extendían a sus nueve nietos: Myah Le, Gabriel Mateos, Jayden Le, Carolina Correal, Vanessa Mateos, Jacob Le, Victoria Correal, Maddox Le y Adrian Correal. También la sobreviven sus queridos hermanos, Sergio y Rodolfo Rodríguez, y sus hermanas Catalina Hernández, Aurora Pérez y Yolanda González. Se ha reunido en la paz eterna con sus hermanos José, Porfirio y Enrique Rodríguez, y sus hermanas Linda González, Marie Ayala y Amelia Benítez.
La pasión de Blanca por aprender y su compromiso con el futuro de su familia la impulsaron a cursar estudios en el colegio. Trabajó diligentemente junto a sus hijas, aprendiendo el inglés, y con orgullo se convirtió en ciudadana estadounidense en 1996. Blanca era el alma de su hogar, una dedicada ama de casa que también destacó en su vida profesional. Pasó más de 25 años en la administración, donde su meticulosidad y sus habilidades con los números fueron muy valorados.
Su amor por su familia era incomparable, y asumió su papel de abuela con toda su alma. Cocinera excepcional, las habilidades culinarias de Blanca eran tan reconocidas que su esposo a menudo la animaba a abrir su propio restaurante mexicano. Su hogar era un oasis de calidez y generosidad, donde disfrutaba enormemente cuidando de los demás y asegurándose de que nadie se fuera con hambre.
Los intereses de Blanca eran tan variados como profundos. Poseía una mente aguda que disfrutaba con el desafío de los sudokus, y le gustaba ir de compras, buscar antigüedades y viajar a México con sus seres queridos. Sin embargo, su mayor pasión era pasar tiempo con su familia. Era una mujer de profunda fe católica, cuya empatía y amor puro iluminaban cada lugar que visitaba.
Las palabras que mejor describen a Blanca son amorosa, generosa y gentil. Tenía un gran corazón y un alma bondadosa que hacía que cada ocasión fuera especial con su presencia. Su legado de bondad, fortaleza y amor incondicional perdurará en las muchas vidas que tocó.
La vida de Blanca Estela Meneses fue un hermoso tapiz tejido con devoción a su familia, su fe y su comunidad. Al despedirnos de esta mujer extraordinaria, celebramos la huella imborrable que ha dejado en nuestros corazones. Su espíritu será siempre apreciado y recordado por todos los que tuvieron la fortuna de conocerla.