Juan Rojas Zamarron, amado esposo, padre, abuelo y hermano, falleció en paz el 13 de noviembre de 2025 en
Kyle, Texas. Nacido el 24 de junio de 1950 en San Luis Potosí, México, Juan fue un hombre de fortaleza, bondad y generosidad inquebrantable, que dejó huella en la vida de muchos con su sabiduría y bondad.
Le sobrevive su amada esposa Justina Hernández, con quien compartió 53 años de matrimonio. Se casaron en Nuevo Laredo, México, el 18 de junio de 1972. Juntos construyeron una vida llena de amor y devoción, formando una hermosa familia, incluyendo a sus hijos: Juan H. Rojas (Carmen Ríos), Rubén Rojas (Claudia Luna), Verónica, Cristina y Angélica Rojas. Fue un abuelo orgulloso de Jorge, Juan Jr., Alex, Omar, Fernando, Joanna, Rubén Adrián, Aracely, Ashley, Lily Ann, Vanessa, Cynthia, Rocky, Aaron, Ryan, Armando, Karina y Krystal. El legado de Juan también perdurará a través de sus hermanos Merejilda, Lupe, Goya y Domingo. Le precedieron en la muerte sus padres, Adolfo Rojas y Vicenta Zamarrón Rojas, su hermana María Seferina y su hermano Isidro.
La vida de Juan es un ejemplo de perseverancia y dedicación admirables. Si bien no tuvo acceso a la educación formal, sus experiencias vitales lo convirtieron en una persona sabia e ingeniosa. Durante más de 20 años, trabajó como conserje en la Universidad de Texas en Austin con gran orgullo y diligencia. Tras jubilarse de la UT Austin, su amor por el trabajo y el servicio a la comunidad lo impulsó a unirse al Distrito Escolar Independiente de Hays (Hays ISD), donde continuó contribuyendo durante 15 años más. Juan, un católico devoto, vivía su fe a través de sus acciones, siempre dispuesto a ayudar y a dedicar una palabra amable a quienes lo rodeaban. Su pasión por la vida se evidenciaba en su amor por la cría de animales pequeños. Para Juan, las gallinas, las cabras y los ponis no eran solo animales; eran parte de su familia. A menudo se negaba a venderlos a menos que supiera que serían queridos como mascotas, demostrando así su profundo respeto por todos los seres vivos.
Los intereses de Juan eran sencillos pero profundos. Era un hombre que encontraba alegría en los pequeños placeres de la vida. Le encantaba leer el periódico, un hábito que formaba parte de su rutina diaria. Viajar a Laredo para sentarse en la plaza, observar a la gente y disfrutar del aire fresco era uno de sus pasatiempos favoritos. Su afición por las labores del jardín era otra muestra de su aprecio por la naturaleza y la satisfacción de un día de trabajo arduo.
Quienes conocieron a Juan lo recordarán como un alma bondadosa que rara vez sonreía, pero cuyo corazón siempre rebosaba de amor. Su generosidad no conocía límites y muchos buscaban su sabio consejo. A Juan Rojas Zamarron lo extrañaremos profundamente, pero su legado de bondad, sabiduría y generosidad seguirá vivo en los corazones y recuerdos de todos los que tuvieron la fortuna de conocerlo.
.
English
.
Juan Rojas Zamarron, a cherished husband, father, grandfather, and brother, passed away peacefully on November 13, 2025, in
Kyle, Texas. Born on June 24, 1950, in San Luis Potosi, Mexico, Juan was a man of strength, kindness, and unwavering generosity, who touched the lives of many with his wisdom and caring nature.
Juan is survived by his loving wife of 53 years, Justina Hernandez, whom he married in Nuevo Laredo, Mexico, on June 18, 1972. Together, they built a life filled with love and devotion, raising a beautiful family including their children: Juan H. Rojas (Carmen Rios), Ruben Rojas (Claudia Luna), Veronica, Christina, and Angelica Rojas. He was a proud grandfather to Jorge, Juan Jr., Alex, Omar, Fernando, Joanna, Ruben Adrian, Aracely, Ashley, Lily Ann, Vanessa, Cynthia, Rocky, Aaron, Ryan, Armando, Karina, and Krystal. Juan's legacy will also be carried on by his siblings Merejilda, Lupe, Goya, and Domingo. He was preceded in death by his parents, Adolfo Rojas and Vicenta Zamarron Rojas, his sister Maria Seferina, and brother Isidro.
Juan's life story is one of remarkable perseverance and dedication. Although he did not have the opportunity for formal education, his life experiences shaped him into a wise and resourceful individual. For over 20 years, he served as a custodian at the University of Texas at Austin with great pride and diligence. Upon retiring from UT Austin, his love for work and serving the community led him to join Hays ISD, where he continued to contribute for an additional 15 years.
A devout Catholic, Juan lived his faith through his actions, always extending a helping hand and a kind word to those around him. His passion for life was evident in his love for raising small animals. Chickens, goats, and ponies were not just animals to Juan; they were part of his family. He often refused to sell them unless he knew they would be cherished as pets, demonstrating his deep respect for all living creatures.
Juan's interests were simple yet profound. He was a man who found joy in the everyday pleasures of life. He loved to read the newspaper, a habit that was part of his daily routine. Traveling to Laredo to sit at the plaza, watching people, and soaking in the fresh air was one of his favorite pastimes. His love for yard work was another testament to his appreciation for the outdoors and the satisfaction of a hard day's work.
Those who knew Juan will remember him as a kind soul who seldom wore a smile but whose heart was always full of love. His generosity knew no bounds, and his wise counsel was sought by many. Juan Rojas Zamarron will be deeply missed, but his legacy of kindness, wisdom, and generosity will continue to live on in the hearts and memories of all who were fortunate enough to know him.