Santiago Vazquez Davalos

Santiago Vazquez Davalos, affectionately known as Chago Marias, was a beacon of joy and the embodiment of a life well-lived. Born on July 25, 1961, in the vibrant city of Cuernavaca, Morelos, Mexico, Chago's journey was one of courage and aspiration. His story took a bold turn when he moved to the United States at the age of 20, fueled by the dream of crafting a better future for himself and those he would come to love.
In 1995, the stars aligned when Chago met his soulmate, Marcela Arteaga. Their romance blossomed over several years, culminating in a loving marriage that stood as a testament to their unwavering commitment to one another. Together, they raised a beautiful family, with two sons, Santy and Diego, and two daughters, Diana and Damaris, all of whom inherited their father's spirited heart. Chago's legacy continued to grow with the birth of his grandson, Isaiah Sanchez, who brought immense joy to his grandfather's life.
Chago's passion for life was mirrored in his work ethic. He spent his days as a dedicated porter for an auto company, where he not only enjoyed his work but also earned the respect and admiration of his colleagues. His commitment to his job was just one facet of his character; Chago was a man who poured his soul into every endeavor.
His love for soccer was more than a hobby-it was a celebration of camaraderie and the thrill of the game. Chago's laughter and playful spirit were contagious, and he had the remarkable ability to turn any gathering into an unforgettable experience. His days began with the simple pleasure of a cup of coffee and toast, a quiet moment to reflect on the blessings of a new day.
Chago's zest for life extended to his leisure time, where he could often be found tinkering around the house, transforming the mundane into a labor of love. His adventurous spirit drew him to the thrill of thrifting, where he sought out hidden treasures with the excitement of a child on a quest. Each day was capped with a heartfelt family meal, a sacred time to connect and share in the day's adventures.
Humor was Chago's gift to the world, and he wielded it with grace and warmth. To be in his presence was to know laughter and to shed the weight of the world, if only for a moment. He was truly a kid at heart, a man whose spirit remained untamed by the years, full of life and smiles that will forever echo in the hearts of those he touched.
Santiago Vazquez Davalos, our beloved Chago Marias, closed his final chapter on October 19, 2024, in Anaheim, California. Yet, his story is far from over. It lives on in the love he shared, the lives he enriched, and the laughter he inspired. As we celebrate Chago's remarkable journey, let us carry his legacy forward-living passionately, loving deeply, and laughing heartily.
Chago's life was a testament to the power of love, the strength of family bonds, and the joy of friendship. He has left behind a beautiful tapestry woven with the threads of his loving, funny, and passionate nature. As we bid farewell to this extraordinary man, let us not say goodbye but rather choose to embrace the essence of his spirit in our daily lives, making every moment count and every memory a treasure.
Santiago Vazquez Davalos, Chago Marias, your story will continue to motivate and inspire us all. Your laughter will resonate, your passion will ignite, and your love will endure. Thank you for the gift of you.
__________________________________________
Santiago Vázquez Dávalos, conocido cariñosamente como Chago Marías, fue un faro de alegría y la encarnación de una vida bien vivida. Nacido el 25 de julio de 1961 en la vibrante ciudad de Cuernavaca, Morelos, México, el viaje de Chago fue uno de valentía y aspiración. Su historia dio un giro audaz cuando se mudó a los Estados Unidos a la edad de 20 años, impulsado por el sueño de crear un futuro mejor para él y aquellos a quienes llegaría a amar.
En 1995, los astros se alinearon cuando Chago conoció a su alma gemela, Marcela Arteaga. Su romance floreció a lo largo de varios años y culminó en un matrimonio amoroso que fue un testimonio de su compromiso inquebrantable el uno con el otro. Juntos formaron una hermosa familia, con dos hijos, Santy y Diego, y dos hijas, Diana y Damaris, quienes heredaron el corazón enérgico de su padre. El legado de Chago siguió creciendo con el nacimiento de su nieto, Isaías Sánchez, quien trajo una inmensa alegría a la vida de su abuelo.
La pasión de Chago por la vida se reflejaba en su ética de trabajo. Pasó sus días como portero dedicado para una empresa automotriz, donde no solo disfrutaba de su trabajo sino que también se ganaba el respeto y la admiración de sus colegas. Su compromiso con su trabajo era sólo una faceta de su carácter; Chago fue un hombre que puso su alma en cada empeño.
Su amor por el fútbol era más que un pasatiempo: era una celebración de la camaradería y la emoción del juego. La risa y el espíritu juguetón de Chago eran contagiosos y tenía la notable habilidad de convertir cualquier reunión en una experiencia inolvidable. Sus días comenzaban con el simple placer de una taza de café y tostadas, un momento de tranquilidad para reflexionar sobre las bendiciones de un nuevo día.
El entusiasmo de Chago por la vida se extendía a su tiempo libre, donde a menudo se le podía encontrar trasteando en la casa, transformando lo mundano en un trabajo de amor. Su espíritu aventurero lo llevó a la emoción del ahorro, donde buscaba tesoros escondidos con la emoción de un niño en una búsqueda. Cada día culminó con una sentida comida familiar, un momento sagrado para conectarse y compartir las aventuras del día.
El humor fue el regalo de Chago al mundo y lo ejerció con gracia y calidez. Estar en su presencia era conocer la risa y despojarse del peso del mundo, aunque sólo fuera por un momento. Era verdaderamente un niño de corazón, un hombre cuyo espíritu permaneció indómito por los años, lleno de vida y sonrisas que siempre resonarán en los corazones de aquellos a quienes tocó.
Santiago Vázquez Dávalos, nuestro querido Chago Marías, cerró su capítulo final el 19 de octubre de 2024, en Anaheim, California. Sin embargo, su historia está lejos de terminar. Sigue vivo en el amor que compartió, las vidas que enriqueció y las risas que inspiró. Mientras celebramos el extraordinario viaje de Chago, llevemos adelante su legado: viviendo apasionadamente, amando profundamente y riendo de buena gana.
La vida de Chago fue un testimonio del poder del amor, la fuerza de los lazos familiares y la alegría de la amistad. Ha dejado tras de sí un hermoso tapiz tejido con los hilos de su naturaleza amorosa, divertida y apasionada. Al despedirnos de este hombre extraordinario, no nos despidamos sino que optemos por abrazar la esencia de su espíritu en nuestra vida diaria, haciendo que cada momento cuente y cada recuerdo un tesoro.
To send flowers
to the family or plant a tree
in memory of Santiago Vazquez Davalos, please visit our floral store.