Claudia Roxana Zuniga

Con profundo dolor y un amor inmenso, celebramos la vida de Claudia Roxana Zuniga, una mujer de fe, fortaleza y compasión, que partió a la presencia del Señor el 27 de septiembre de 2025, después de una valiente batalla contra el cáncer de riñón.
Nació el 1 de septiembre de 1968 en San Salvador, El Salvador, hija amada de Gloria Zuniga y Hector Rosales. A los 24 años se mudó a los Estados Unidos y construyó su vida en Houston, Texas.
Allí conoció a su esposo, Amilcar Aldana, y juntos criaron a sus hijos, Jonathan y Brianna, en un hogar lleno de fe, alegría y amor. Claudia también fue miembro fiel de la Iglesia Cristiana Amor y Fe, donde su caminar con Cristo se hizo cada vez más profundo.
Durante gran parte de su vida, Claudia trabajó limpiando casas con excelencia, alegría y humildad. En sus últimos años recibió la bendición de trabajar de tiempo completo con su mejor amigo, Michael De La Mora. Para ella nunca fue solo un trabajo, sino una familia, y entregó su corazón cuidando de él y de los suyos.
Claudia amaba viajar, sobre todo a El Salvador para visitar a su padre. Disfrutaba de sus días en el lago, de las aventuras que le daban adrenalina, y de cada oportunidad para vivir con valentía y alegría.
Su fe fue el ancla que la sostuvo en cada prueba. Una vez dijo: "No sé por qué Dios me dio esta enfermedad, pero le agradezco porque me ha enseñado a disfrutar las cosas pequeñas." Aun en medio del sufrimiento, su espíritu permaneció firme y su corazón lleno.
Aunque dio a luz a dos hijos, Claudia siempre decía que tenía cuatro. Consideraba a Anissa y Alexa De La Mora como hijas que Dios mismo le regaló, y las amó con la misma intensidad.
Claudia fue conocida por su generosidad y su manera de estar siempre presente. Llenaba su carro con regalitos de Costco para amigos, compañeros de trabajo o miembros de la iglesia. Su hijo Jonathan le decía: "Mamá, tienes que limpiar el asiento trasero de tu carro," y ella le respondía con una sonrisa: "Se los voy a dar a alguien en la iglesia el viernes."
Valoraba profundamente a su círculo de familia y amigos, especialmente a Michael De La Mora, Gilma Moran, Celia Mejia, Ketty Moran, Edgar y Nora Sosa, Marlon Moran, Ronal Moran, su esposo Amilcar Aldana, y muchos otros que llenaron su vida de alegría, risas y amor.
Su mayor deseo era que su servicio no estuviera lleno de luto, sino de celebración. Claudia estaba emocionada de ir al cielo. No quería tristeza. Quería alegría.
Hoy la honramos con gratitud por cada lección, cada risa y cada acto de amor. La extrañamos más de lo que las palabras pueden expresar, pero descansamos en paz sabiendo que está en la presencia del Señor. To send flowers to the family or plant a tree in memory of Claudia, please visit our floral store.