GIOVANNI JIMENEZ

Migración a Estados Unidos

En 1985 la familia emigró a Nueva York junto a sus padres y hermanos. Allí Giovanni trabajó en los negocios familiares mientras estudiaba inglés. Fueron miembros de la Iglesia Adventista de Fort Washington, donde Gio aceptó el evangelio y fue bautizado. Luego se trasladaron a Yonkers, colaborando estrechamente con el pastor Anselmo Mesa en la renovación del templo y en la obra misionera.

En 1988 nació su segunda hija, Giovanna Esther, completando así la familia.

Vocación académica y servicio

Giovanni estudió Teología en la Universidad Adventista de las Antillas (Puerto Rico), y más tarde obtuvo un título en Administración en la Universidad Interamericana. Continuó su formación con una maestría en la Universidad de Salamanca (España), especializándo en Español y Literatura.

Como maestro fue un verdadero mentor. Sus alumnos lo conocían como "El Señor Jiménez" y él los llamaba "campeones", convencido de que cada uno podía triunfar. Bajo su guía, muchos de sus estudiantes alcanzaron universidades prestigiosas como Berkeley y Stanford. Una de sus mayores alegrías fue ver a jóvenes de familias humildes superar a estudiantes de sectores privilegiados en los exámenes de AP. Ministerio y misión

Apasionado por la obra de Dios, en Gwinnett, Georgia, ayudó a fundar una iglesia que comenzó con apenas 25 personas y que hoy cuenta con más de 125 miembros. Se dedicó personalmente a gestionar permisos y recursos para construir un templo que aún permanece como testimonio de su esfuerzo.

En 2010 la familia se mudó a California, donde Giovanni inició una exitosa trayectoria como profesor de Español de Honores y Estudios Avanzado (AP) en Mission High School, San Francisco, durante 12

años. Fue respetado por colegas y directores, pero sobre todo admirado por sus estudiantes, algunos de los cuales siguieron sus pasos en la docencia.

En 2013 se establecieron en El Sobrante, CA, congregándose en la Iglesia Hispana de Pleasant Hill, donde Gio sirvió como anciano y director de obra misionera. Su pasión era por las almas: recibía con

calidez a cada visitante y se aseguraba de que todos se sintieran valorados y amados.

Legado

Giovanni Antonio Jiménez será recordado como esposo amoroso, padre ejemplar, maestro dedicado y siervo fiel del Señor. Vivió con pasión por la música, la educación y el evangelio, dejando huellas imborrables en sus estudiantes, en las iglesias que ayudó a levantar y en todos los que lo conocieron. Su vida fue un testimonio de fe y servicio, y su legado continúa dando frutos