Guadalupe Hernandez

Guadalupe Hernandez, aged 78, passed away peacefully on August 14, 2025, in Andrews, Texas. Born on May 8, 1947, in Ojinaga, Mexico, Guadalupe was a beloved mother, grandmother, great-grandmother, and friend to many. Her infectious smile and warm heart will be profoundly missed by all who knew her.

Guadalupe's life was a testament to the power of love and family. In 1971, she married Pablo C. Hernandez, Sr., and the couple was blessed with a union that spanned nineteen years filled with joy and companionship until his passing. Together, they raised a family that stood as the core of her existence. She is survived by her loving children, Veronica Lujan and her husband Nelson of Andrews, Jose F. Hernandez of Andrews, Pablo C. Hernandez, Jr. of Odessa, Brenda Holguin of Kermit, and Glenda Hernandez of Kermit. Her legacy continues through her cherished grandchildren Erik, Laney, Mirna, Rafael, Isabel, Orlando, Alexandra, Jacob, and Jason, and her adored great-grandchildren Derik, Devan, Emma, Avery, Bubba, Alyssa, Sofia, Lucy, Noah, Dalila and Ezra as well as one great-great-grandchild Levi.

Guadalupe's siblings, Doloros Valenzuela, Argentina Urias, and Martin Valenzuela, will hold her memory dear, as will her numerous nieces and nephews from Mexico. She was preceded in death by her parents, Jesus and Angela Valenzuela, her beloved husband, Pablo C. Hernandez, Sr., her sisters Eduviguez Vasquez and Enoe Montoya, grandson Fernando Juarez, and granddaughter Lucero Lujan. Their reunion is a comforting thought for the family during this time of loss.

A devout Christian, Guadalupe's faith was an integral part of her life and provided her with strength and solace.

Guadalupe was renowned for her culinary skills, particularly her tamales, which were a family favorite, eagerly anticipated at gatherings. She also had a passion for baking, with her biscochos being a testament to her love for creating sweet treats for her family and friends. However, her greatest joy was found in the time she spent with her grandchildren, great-grandchildren, and great-great-grandchildren. Each moment with them was cherished, and the memories created will be treasured forever.

Guadalupe's life was a beautiful tapestry of devotion to her family, her faith, and the simple pleasures of life. She will be remembered for her kindness, her nurturing spirit, and the love she so freely gave. Her departure leaves a void that can never be filled, but her spirit will continue to live on in the hearts of those who loved her. As we say goodbye to Guadalupe Hernandez, we celebrate a life well-lived and a legacy of love that will endure for generations to come.

Funeral services will be held on Monday, August 18, 2025, at ten o'clock in the morning at Our Lady of Lourdes Catholic Church in Andrews, Texas, with Father Joseph Ogbonna officiating, with burial to follow at Andrews North Cemetery. A rosary will be held on Sunday, August 17, 2025, at McNett Funeral Home in Andrews, Texas, at seven o'clock in the evening. A visitation will be held on Sunday, August 17, 2025, from five until seven o'clock in the evening.

Guadalupe Hernández, de 78 años, falleció pacíficamente el 14 de agosto de 2025 en Andrews, Texas. Nacida el 8 de mayo de 1947 en Ojinaga, México, Guadalupe fue una querida madre, abuela, bisabuela y amiga de muchos. Su sonrisa contagiosa y su cálido corazón serán profundamente extrañados por todos quienes la conocieron.

La vida de Guadalupe fue un testimonio del poder del amor y la familia. En 1971, se casó con Pablo C. Hernández, Sr., y la pareja fue bendecida con una unión que duró dies y nueve años llenos de alegría y compañerismo hasta su fallecimiento. Juntos, formaron una familia que fue el núcleo de su existencia. Le sobreviven sus queridos hijos: Verónica Luján y su esposo Nelson, de Andrews; José F. Hernández, de Andrews; Pablo C. Hernández, Jr. de Odessa; Brenda Holguín, de Kermit; y Glenda Hernández, de Kermit. Su legado continúa a través de sus queridos nietos Erik, Lanu, Mirna, Rafael, Isabel, Alexandra, Jacob y Jason, y sus adorados bisnietos Derik, Devan, Emma, Avery, Bubba, Alyssa, Sofia, Lucy, Noah, Dalila y Ezra así como sus tataranieto Levi.

Los hermanos de Guadalupe, Doloros Valenzuela, Argentina Urias y Hermano Martín Valenzuela, recordarán con cariño su memoria, al igual que sus numerosos sobrinos y sobrinas de México. Le precedieron en la muerte sus padres, Jesús y Ángela Valenzuela; su amado esposo, Pablo C. Hernández, Sr.; sus hermanas, Eduviguez Vásquez y Enoe Montoya; su nieto, Fernando Juárez; y su nieta, Lucero Luján. Su reencuentro es un recuerdo reconfortante para la familia en estos momentos de pérdida.

Cristiana devota, la fe de Guadalupe fue parte integral de su vida y le brindó fortaleza y consuelo.

Guadalupe era reconocida por sus habilidades culinarias, en particular sus tamales, un plato favorito de la familia, esperado con entusiasmo en las reuniones. También le apasionaba la repostería, y sus biscochos eran un testimonio de su amor por crear dulces para su familia y amigos. Sin embargo, su mayor alegría residía en el tiempo que pasaba con sus nietos, bisnietos y tataranietos. Cada momento con ellos era un tesoro, y los recuerdos creados se atesorarán para siempre.

Guadalupe era reconocida por sus habilidades culinarias, en particular sus tamales, un plato favorito de la familia y muy esperado en las reuniones. También le apasionaba la repostería, y sus biscoches eran un testimonio de su amor por crear dulces para su familia y amigos. Sin embargo, su mayor alegría residía en el tiempo que pasaba con sus nietos, bisnietos y tataranietos. Cada momento con ellos era un tesoro, y los recuerdos creados se atesorarán para siempre.

La vida de Guadalupe fue un hermoso tapiz de devoción a su familia, su fe y los placeres sencillos de la vida. Será recordada por su bondad, su espíritu afectuoso y el amor que tan generosamente brindaba. Su partida deja un vacío que jamás podrá llenarse, pero su espíritu seguirá vivo en los corazones de quienes la amaron. Al despedir a Guadalupe Hernández, celebramos una vida plena y un legado de amor que perdurará para las generaciones venideras. El funeral se llevará a cabo el lunes 18 de agosto de 2025 a las diez de la mañana en la Iglesia Católica de Nuestra Señora de Lourdes en Andrews, Texas, oficiado por el Padre Joseph Ogbonna. Posteriormente, el entierro se realizará en el Cementerio Andrews North. El rosario se rezará el domingo 17 de agosto de 2025 en la Funeraria McNett en Andrews, Texas, a las siete de la tarde. El velatorio se realizará el domingo 17 de agosto de 2025, de cinco a siete de la tarde.