Jose Guadalupe Zapata

Jose Guadalupe Zapata, a bright light in the lives of many, was born on December 10, 2005, in Grapevine, Texas. He left this world far too soon on September 9, 2025, in Kemp, Texas, leaving behind cherished memories and an enduring legacy of love and laughter.

Jose had an infectious spirit that radiated kindness. He was tender and loving, always making time for family and friends. Those who were fortunate enough to be in his presence will remember him not just for his warm heart, but also for his remarkable sense of humor. His laughter had a way of brightening the darkest days and bringing joy to every gathering.

He loved spending time with his family, sharing moments that would be treasured forever. Jose had a variety of interests that showcased his vibrant personality. He found great pleasure in cutting hair, a skill that allowed him to express his creativity and connect with others. He also had a passion for working on cars, finding both challenge and satisfaction in the mechanical world. Equally, his adventurous spirit led him to the open fields, where he enjoyed riding horses, experiencing the freedom and beauty of nature.

Jose is survived by his devoted parents, Fernando Zapata and Margarita Flores. He was a beloved brother to his sisters: Leslie Beltran, Daisy Zapata (spouse – Oscar Sanchez), Jennifer Zapata (spouse – Victor Sanchez), Wendy Zapata, Maria Flores, Jocelyn Flores, and Lisette Zapata; and his brothers, Victor Zapata and Edgar Guerrero. His family reflects the love he brought into their lives every day. In addition, several nieces, nephews, and cousins hold him close in their hearts, reminding us all of the significant impact he had on everyone around him.

He is proceeded in death by his paternal grandmother, Juana Marie Martinez, and maternal grandparents, Irene Avila and Julio Soto.

As we remember Jose, let us celebrate the tender moments shared, the smiles exchanged, and the indelible mark he left on our hearts. Though his time with us was brief, the love he shared will resonate through the lives he touched. He is deeply missed and will forever be remembered.

José Guadalupe Zapata, una luz en la vida de muchos, nació el 10 de diciembre de 2005 en Grapevine, Texas. Partió de este mundo demasiado pronto, el 9 de septiembre de 2025, en Kemp, Texas, dejando tras de sí preciados recuerdos y un legado imperecedero de amor y risas.

José tenía un espíritu contagioso que irradiaba bondad. Era tierno y cariñoso, y siempre dedicaba tiempo a su familia y amigos. Quienes tuvieron la fortuna de estar en su presencia lo recordarán no solo por su gran corazón, sino también por su extraordinario sentido del humor. Su risa iluminaba los días más oscuros y llenaba de alegría cada reunión.

Le encantaba pasar tiempo con su familia, compartiendo momentos que atesoraría para siempre. José tenía diversos intereses que reflejaban su vibrante personalidad. Disfrutaba mucho cortando el pelo, una habilidad que le permitía expresar su creatividad y conectar con los demás. También le apasionaba trabajar con coches, encontrando tanto desafío como satisfacción en el mundo de la mecánica. Igualmente, su espíritu aventurero lo llevó a los campos abiertos, donde disfrutaba montando a caballo y experimentando la libertad y la belleza de la naturaleza.

A José le sobreviven sus devotos padres, Fernando Zapata y Margarita Flores. Fue un hermano querido para sus hermanas: Leslie Beltrán, Daisy Zapata (esposa: Oscar Sánchez), Jennifer Zapata (esposa: Víctor Sánchez), Wendy Zapata, María Flores, Jocelyn Flores y Lisette Zapata; y sus hermanos, Víctor Zapata y Edgar Guerrero. Su familia refleja a diario el amor que les brindó. Además, varios sobrinos, sobrinas y primos lo llevan en el corazón, recordándonos el gran impacto que tuvo en quienes lo rodearon.

Le precedieron en la muerte su abuela paterna, Juana Marie Martínez, y sus abuelos maternos, Irene Ávila y Julio Soto.

Al recordar a José, celebremos los tiernos momentos compartidos, las sonrisas intercambiadas y la huella imborrable que dejó en nuestros corazones. Aunque su tiempo con nosotros fue breve, el amor que compartió resonará en las vidas que tocó. Lo extrañamos profundamente y lo recordaremos por siempre.