Nicolasa Reyes Perez

It is with deep sorrow that we announce the passing of Nicolasa Reyes Perez, a devoted mother, grandmother, cherished friend, and beloved member of our community, who left this world on November 13, 2025. Born on August 28, 1932, in San Pedro de la Sierra, Zacatecas, Mexico, Nicolasa lived a life steeped in love, resilience, and unwavering dedication to her family.

Nicolasa was the proud daughter of Maria Isac Garcia and Adolfo Reyes. She grew up in a humble setting, where education was a luxury she could not fully experience, completing less than 8th grade. Yet, her wisdom and strength were profound, qualities that she would later impart to her eleven children.

In her early years, Nicolasa married Aristeo Perez in Huejuquilla el Alto, Jalisco, and together they built a life filled with love. Their partnership lasted for 28 beautiful years before she was widowed. Despite the challenges life threw her way, Nicolasa never wavered in her commitment to her family. She was a stay-at-home mom who devoted her life to raising her children: Jose Carmen, Tanilo, Santana, Julio, Felipe, Chepo, Graciela, Chemo, Layo, Nico, and Teresita. Along with 46 grandchildren, 46 Great Grandchildren, 11 Great Great Grandchildren. Her selflessness knew no bounds; she often went without eating to ensure her children had enough to eat, and she showcased remarkable resourcefulness by repurposing flour sacks into clothing for her kids.

A woman of deep faith, Nicolasa was raised Catholic and held a strong devotion to the Virgin Mary, which guided her through life's trials and tribulations. Her spirituality was a foundation for her family, instilling in them the values of compassion and charity.

Nicolasa had a passion for crocheting and sewing, hobbies that allowed her to create beautiful items for her family, but also served as a means of teaching her children the importance of creativity and hard work. Her hands, worn from years of labor, were always busy, whether in the kitchen preparing meals or crafting gifts for those she loved.

She spent her later years in Salem, Oregon, where her spirit and legacy continued to shine brightly within her community. Nicolasa was known for her unwavering work ethic and her ability to create a welcoming home filled with warmth and love. She was not just a mother but a steadfast pillar of strength for her family, always ensuring that there was food on the table and love in abundance.

Nicolasa is survived by her loving children Jose Carmen, Tanilo, Santana, Julio, Felipe, Chepo, Graciela, Chemo, and Teresita, who carry forward her legacy of love, resilience, and resourcefulness.

A funeral service to honor Nicolasa's life will be held on November 22, 2025, at 8:30 AM St. Vincent's De Paul and a graveside service at 11:30am at Restlawn Funeral Home. Family and friends are invited to gather and celebrate the remarkable life of this extraordinary woman.

As we say our goodbyes to Nicolasa Reyes Perez, let us remember her unwavering love and the countless sacrifices she made for her family. Her life was a testament to the power of love, resilience, and faith, and her spirit will forever live on in the hearts of those she touched.

Con profundo pesar anunciamos el fallecimiento de Nicolasa Reyes Pérez, una madre y abuela ejemplar, una amiga entrañable y una querida integrante de nuestra comunidad, quien partió de este mundo el 13 de noviembre de 2025. Nacida el 28 de agosto de 1932 en San Pedro de la Sierra, Zacatecas, México, Nicolasa vivió una vida llena de amor, resiliencia e inquebrantable dedicación a su familia.

Nicolasa era la orgullosa hija de María Isaac García y Adolfo Reyes. Creció en un entorno humilde, donde la educación era un lujo que no pudo disfrutar plenamente, ya que no completó ni el octavo grado. Sin embargo, su sabiduría y fortaleza eran profundas, cualidades que más tarde transmitiría a sus once hijos.

En su juventud, Nicolasa se casó con Aristeo Pérez en Huejuquilla el Alto, Jalisco, y juntos construyeron una vida llena de amor. Su unión duró 28 hermosos años antes de que enviudara. A pesar de las dificultades que la vida le presentó, Nicolasa nunca flaqueó en su compromiso con su familia. Fue ama de casa y dedicó su vida a criar a sus hijos: José Carmen, Tanilo, Santana, Julio, Felipe, Chepo, Graciela, Chemo, Layo, Nico y Teresita. Además de 46 nietos, 46 bisnietos y 11 tataranietos. Su generosidad no conocía límites; a menudo se privaba de comer para asegurarse de que sus hijos tuvieran suficiente.

Mujer de profunda fe, Nicolasa fue criada en la fe católica y tenía una gran devoción a la Virgen María, que la guio a través de las pruebas y tribulaciones de la vida. Su espiritualidad fue un pilar para su familia, inculcándoles los valores de la compasión y la caridad.

Nicolasa sentía pasión por el ganchillo y la costura, aficiones que le permitían crear hermosos objetos para su familia y, a la vez, inculcar a sus hijos la importancia de la creatividad y el esfuerzo. Sus manos, curtidas por años de trabajo, siempre estaban ocupadas, ya fuera preparando comidas en la cocina o elaborando regalos para sus seres queridos.

Pasó sus últimos años en Salem, Oregón, donde su espíritu y legado siguieron brillando con fuerza en su comunidad. Nicolasa era conocida por su inquebrantable ética de trabajo y su capacidad para crear un hogar acogedor, lleno de calidez y amor. No era solo una madre, sino un pilar fundamental para su familia, que siempre se aseguraba de que no faltara comida en la mesa y amor en abundancia.

Nicolasa deja en el duelo a sus amados hijos José Carmen, Tanilo, Santana, Julio, Felipe, Chepo, Graciela, Chemo y Teresita, quienes perpetúan su legado de amor, resiliencia e ingenio.

El funeral en honor a la vida de Nicolasa se llevará a cabo el 22 de noviembre de 2025 a las 8:30 a. m. en la iglesia St. Vincent's De Paul, seguido del sepelio a las 11:30 a. m. en la funeraria Restlawn. Familiares y amigos están invitados a reunirse para celebrar la extraordinaria vida de esta mujer excepcional.

Al despedirnos de Nicolasa Reyes Pérez, recordemos su amor incondicional y los innumerables sacrificios que hizo por su familia. Su vida fue un testimonio del poder del amor, la resiliencia y la fe, y su espíritu vivirá por siempre en los corazones de quienes la conocieron.