Mario Cruz

Mario Cruz, un hombre de profunda fe y bondad ilimitada, partió de esta vida el 25 de mayo de 2024 en Austin, Texas, dejando atrás un legado de generosidad y amor. Nacido el 27 de agosto de 1975 en el pintoresco pueblo de San Miguel de Allende, México, el viaje de Mario estuvo marcado por la dedicación a su familia, su trabajo y su comunidad.
La vida de Mario se basó en el trabajo duro y el servicio. Durante más de un cuarto de siglo, perfeccionó su oficio como enmarcador de construcción de viviendas con RJ Framing, donde su habilidad y dedicación fueron evidentes en las estructuras que ayudó a levantar y el equipo con el que trabajó. Su trabajo no era sólo un empleo sino un medio para mantener a su amada familia y contribuir al crecimiento y desarrollo de su comunidad.
Fuera de su vida profesional, Mario fue un pilar de fortaleza y apoyo en su iglesia. Invirtió su tiempo y energía en servicios sociales, ayudando a los necesitados y asegurándose de que la luz de la compasión brillara en las vidas de los demás. Su compromiso inquebrantable con su fe fue evidente en todos sus esfuerzos, guiándolo en su misión de servir y elevar.
La pasión de Mario se extendió al campo de fútbol, donde animaba con fervor a la Selección Mexicana y a su club favorito, el América. Su amor por el juego era contagioso y era una alegría que compartía libremente con sus amigos y familiares, creando recuerdos duraderos y un vínculo a través del hermoso juego.
Quienes conocieron a Mario lo recordarán como un hombre lleno de fe, amable y generoso. Su espíritu era de generosidad, siempre encontrando maneras de echar una mano u ofrecer una palabra de aliento. Fue un faro de esperanza y su impacto positivo resonó en todos los que tuvieron el privilegio de cruzarse en su camino.
El amor de Mario por su familia no tenía límites. Le sobreviven sus hijos, Rodrigo, Laisha, Edhu, Miranda, Xareni y Adela Cruz, cada uno de ellos un testimonio de su amor y los valores que les inculcó. Su relación con su ex esposa y mejor amiga, Liliana Balleza, se mantuvo sólida y solidaria, mostrando la profundidad de su carácter y su creencia en las conexiones duraderas.
Precedido en la muerte por sus padres, Mario ahora se une a ellos en el descanso eterno, dejando atrás un mundo que sin duda fue mejor con su presencia. Su legado seguirá vivo a través de las vidas de sus hijos y de todos aquellos a quienes tocó con su corazón generoso.
Al despedirnos de Mario Cruz, celebramos la vida de un hombre que fue una verdadera encarnación de la fe, la bondad y la generosidad. Su memoria será apreciada para siempre y el trabajo de su vida será un testimonio del poder de un espíritu generoso. El viaje de Mario en esta tierra ha concluido, pero su historia continúa en los corazones de quienes lo amaron y en la comunidad a la que sirvió con tanta devoción. Descansa en paz, Mario, tu memoria será para siempre una luz que nos guíe a todos.
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English
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Mario Cruz, a man of deep faith and boundless kindness, departed this life on May 25, 2024 in Austin, Texas, leaving behind a legacy of generosity and love. Born on August 27, 1975 in the picturesque town of San Miguel de Allende, Mexico, Mario's journey was marked by dedication to his family, his work, and his community.
Mario's life was based on hard work and service. For more than a quarter of a century, he honed his craft as a home construction framer with RJ Framing, where his skill and dedication were evident in the structures he helped erect and the equipment he worked with. His work was not just a job but a means to support his beloved family and contribute to the growth and development of his community.
Outside of his professional life, Mario was a pillar of strength and support in his church. He invested his time and energy in social services, helping those in need and ensuring that the light of compassion shined in the lives of others. His unwavering commitment to his faith was evident in all of his endeavors, guiding him in his mission to serve and uplift.
Mario's passion extended to the soccer field, where he fervently cheered for the Mexican National Team and his favorite club, América. His love for the game was contagious and it was a joy that he shared freely with his friends and family, creating lasting memories and a bond through the beautiful game.
Those who knew Mario will remember him as a man full of faith, kind and generous. His spirit was one of generosity, always finding ways to lend a hand or offer a word of encouragement. He was a beacon of hope and his positive impact resonated with all who had the privilege of crossing his path.
Mario's love for his family had no limits. He is survived by his children, Rodrigo, Laisha, Edhu, Miranda, Xareni and Adela Cruz, each of them a testament to his love and the values he instilled in them. His relationship with his ex-wife and best friend, Liliana Balleza, remained strong and supportive, showing the depth of his character and his belief in lasting connections.
Preceded in death by his parents, Mario now joins them in eternal rest, leaving behind a world that was undoubtedly better with his presence. His legacy will live on through the lives of his children and all those he touched with his generous heart.
As we say goodbye to Mario Cruz, we celebrate the life of a man who was a true embodiment of faith, kindness and generosity. His memory will be cherished forever and his life's work will be a testament to the power of a generous spirit. Mario's journey on this earth has ended, but his story continues in the hearts of those who loved him and in the community he served so devotedly. Rest in peace, Mario, your memory will forever be a light that guides us all.