Tania Elizabeth Arias de Hernandez

Tania Elizabeth Arias de Hernández, sierva fiel de Jehová, falleció inesperadamente en su hogar en Watsonville, California, el 2 de febrero de 2025, a la edad de 48 años. 
Tania nació en la Ciudad de México y, junto con su madre, María Elba Arias Téllez, emigró a los Estados Unidos en busca de una vida mejor. A los 18 años, al enfrentar varios golpes de la vida, conoció la verdad junto a su madre, María Elba Arias Téllez. El 21 de julio de 2001, tanto Tania como su madre tomaron la decisión de dedicar sus vidas a Jehová, lo que marcó el inicio de un hermoso y firme recorrido de fe. Durante más de 40 años como residente de Watsonville, Tania enfrentó muchos desafíos con determinación y una fe sólida, construyendo una vida llena de amor y fortaleza junto a su esposo Pedro, con quien compartió casi 27 años de matrimonio.
 Tania era una persona apasionada cuyo propósito en la vida era servir a Jehová y demostró servicio en todo aspecto de su vida. Durante más de 25 años, se dedicó a ayudar a quienes lo necesitaban como asistente en Salud Mental en el condado de Santa Cruz, movida por su profunda fe en Jehová. Encontraba alegría al brindar consuelo a los demás, poniendo siempre las necesidades ajenas por encima de las suyas. Fue una gran mujer y amiga.
 La resiliencia de Tania fue un testamento de su fortaleza inquebrantable, alimentada por su amor y fe en Jehová. Venció el cáncer de mama en dos ocasiones, padeció de migrañas crónicas y enfrentó otros problemas de salud, pero nunca permitió que sus luchas quebrantaran su fe. Incluso en medio de su propio dolor, siempre encontraba maneras de ayudar a los demás, brindando apoyo a mujeres necesitadas, ayudando en procesos de inmigración, arreglos funerarios y cualquier dificultad que la vida le presentará.
 Desde niña, Tania era conocida por su espíritu vibrante, su sonrisa traviesa y la forma en que podía iluminar cualquier habitación con su risa. Su abuela recuerda con cariño a la pequeña niña que amaba hacer amigos y contagiar alegría. No fue una sorpresa que, cuando conoció a Pedro en 1996 mientras trabajaban juntos en la Thrifty(ahora conocida como Rite Aid), su seriedad se desvaneciera ante la energía contagiante de Tania. Juntos construyeron una vida llena de amor, risas y una conexión profunda.
 Tania compartía un vínculo especial con su madre: ambas eran conocidas por su amor al baile de salsa, a la comida y por los pequeños momentos de felicidad que creaban juntas. Siempre me inculcó un profundo amor por mi abuela, mostrándolo a través de besos y cariño en cada oportunidad. Su familia y yo sentimos su amor en cada comida que preparaba. Siempre que podía, Tania se encargaba de cocinar, bromeando sobre cómo hacía su salsa perfecta y picante cuando se enojaba. A su hermano le causaba mucha risa y a ella le encantaba hacerlo reír.
 Siempre recordaré su generoso corazón, la forma en que se preocupaba desinteresadamente por los demás, a menudo sin atender sus propias necesidades. Solo dos meses antes de su fallecimiento, tuve la oportunidad de vivir nuevamente bajo el mismo techo. Esos momentos siempre serán atesorados en mi corazón, escuchando su risa y sintiendo el amor que siempre tuvo por mí, aconsejándome que siguiera mi corazón, pero que siempre pusiera mi fe en Jehová. Nuestra familia compartió incontables momentos de alegría, especialmente cuando ella se iluminaba al hablar de sus gatitas. Mi padre y ella pasaron muchas tardes tranquilos, sentados juntos en la sala, viendo televisión, con las gatitas acurrucadas junto a ellos. A menudo me enviaba videos de sus travesuras y reía, diciendo que yo había vuelto a traer felicidad a su vida al presentarle su amor por los gatos.
 La memoria de mi madre vivirá para siempre en nuestros corazones—su amor por Jehova y su familia, su espíritu incansable y su capacidad para iluminar las vidas de todos los que la rodeaban. Cuando cierro los ojos, elijo recordarla acurrucada, en sus pijamas—sus "calientitos", como ella las llamaba—durmiendo tranquilamente, tal como nos enseña la Biblia, hasta que nos reunamos en el Paraíso, si es la voluntad de Jehová.
 La familia Arias y Hernandez les quiere dar las gracias por su apoyo emocional, físico, y espiritual, en este tiempo tan difícil. 
HECHOS 24:15 dice, “Y tengo esperanza en Dios, esperanza que también tienen estos hombres, de que va a haber una resurrección tanto de justos como de injustos.” 
Como siervos de Jehová queremos recordar a mi mamá Tania como si estuviera durmiendo temporalmente ya que tenemos la esperanza de la resurrección.
 Les invitamos a su memorial, el día Sábado, Febrero 22,2025 a las 1pm en el Salon del Reino de los Testigos de Jehová, 125 Sill Rd. Watsonville, CA 95076.
 Muchas Gracias